San Patricio de Irlanda (Santoral del 17 de marzo)
389 – 461

San Patricio es uno de los santos más conocidos de Irlanda. Curiosamente, Patricio nació en Gran Bretaña (no en Irlanda). Cuando era niño, fue capturado como esclavo y enviado a Irlanda para cuidar ovejas. El cautiverio de Patricio duró hasta los veinte años. Escapó después de tener un sueño de Dios, quien le dijo que abandonara Irlanda yendo a la costa. Allí encontró a unos marineros que lo llevaron de vuelta a Gran Bretaña, donde se reunió con su familia. Patricio se hizo sacerdote y más tarde fue nombrado obispo y fue enviado a Irlanda para llevar la Buena Nueva de Jesús a esta tierra. Allí, convirtió a muchas personas, eventualmente a miles de personas, y comenzó a construir iglesias en todo el país. A menudo usaba tréboles para explicar la Santísima Trinidad. Patricio predicó y convirtió a toda Irlanda durante 40 años. Hizo muchos milagros y escribió sobre su amor hacia Dios en sus memorias La Confesión. Después de años de vivir en la pobreza, viajar y soportar mucho sufrimiento, murió el 17 de marzo de 461.

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Exploren su ciudad.

Si viven cerca de una gran ciudad, aquí hay algunas ideas:

·   Ir a misa en una iglesia antigua del centro.

·      Visitar un santuario religioso o un punto de referencia importante. ¡Asegúrense de detenerse en la tienda de regalos!

·      Almuercen en un divertido restaurante del centro.

Si viven en una zona rural, aquí hay algunas ideas:

·      Ir a misa en un pueblo o ciudad cercana

·      En la misa, conversen con alguien de esa ciudad y pregunten si hay algo especial que visitar en el área.

·      Almuercen en un restaurante local.

Pan casero de soda irlandés

El Día de San Patricio (17 de marzo) está a la vuelta de la esquina. Hagan un poco de pan de soda irlandés para compartir con amigos y familiares.

4 tazas de harina

½ taza de azúcar

1 cucharadita de bicarbonato de sodio

1 cucharadita de levadura en polvo

1 cucharadita de sal

8 cucharadas de mantequilla, suavizada

1 ½ tazas de pasas

2 huevos

1 ½ tazas de suero de leche

2 cucharaditas de semillas de alcaravea (opcional)

Cernir los ingredientes secos en un tazón mediano. Amasa la mantequilla con los dedos. Agrega pasas (y semillas de alcaravea si lo deseas). En un tazón aparte, combina los huevos y el suero de leche. Se hace un pozo en el centro de la mezcla de harina. Agrega los huevos y el suero de leche. Mezcla con una cuchara de madera hasta que la masa se ponga rígida. Coloca en una tabla enharinada. Con las manos enharinadas, amasa ligera y rápidamente durante unos segundos. Coloca el lado suave hacia arriba en un molde para pasteles redondo de 8 pulgadas ligeramente enharinado. Con un cuchillo enharinado, corta una cruz en la parte superior. Hornea a 350 F durante 1 hora hasta que estén dorados. Enfriar en una rejilla.

Coraza de San Patricio

Esta es una famosa oración atribuida a San Patricio.

Cristo conmigo,

Cristo delante mí,

Cristo detrás de mí,

Cristo dentro de mí,

Cristo debajo mí,

Cristo sobre mí,

Cristo a mi derecha,

Cristo a mi izquierda,

Cristo cuando me acuesto,

Cristo cuando me siento,

Cristo cuando me levanto,

Cristo en la anchura,

Cristo en la longitud,

Cristo en la altura

Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí,

Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí,

Cristo en los ojos de todos los que me ven,

Cristo en los oídos de todos los que me escuchan.

Amén.

Encuentra la octava estación de la cruz en tu iglesia. ¿Qué está pasando en esta estación?

La mujer samaritana reconoció sus pecados ante Jesús en la historia del Evangelio de hoy. Vayan a confesarse en familia esta semana. (¡Recuerda el acto de contrición que memorizaste hace unas semanas!)

Los samaritanos eran descendientes de judíos de la parte norte de Israel, que se habían casado con gentiles y no adoraban en Jerusalén. En el tiempo de Jesús, los samaritanos y los judíos no se toleraban ni interactuaban entre sí. ¡La conversación de Jesús con la mujer samaritana nos enseña que el don de la vida eterna es para todos!