San Fabián (Día de fiesta: 20 de enero) 

Ob. 250

Fabián fue un laico que un día llegó de su granja a la ciudad de Roma cuando la gente se preparaba para elegir a un nuevo papa. Fabián fue a Roma por la misma razón que muchos viajan a esta ciudad hoy en día: preocupación por el futuro de la fe, curiosidad por el nuevo papa y un deseo de expresar tristeza por el fallecimiento del papa anterior. Mucha gente importante se reunió para tomar esta decisión trascendental. Durante las deliberaciones, una paloma descendió del techo y se paró en la cabeza de Fabián. La gente interpretó esto como un signo de que Fabián era digno se ser papa y, para la sorpresa de Fabián, lo eligieron. 

Con la elección de Fabián, la Iglesia inició una época de paz y Fabián pudo construir la estructura de la Iglesia de Roma. El emperador de aquel tiempo, Felipe, era amable con los cristianos. La persecución se detuvo y los cristianos obtuvieron aceptación. Sin embargo, cuando Felipe murió, murió también el tiempo de paz. El nuevo emperador, Decio, ordenó que todos los cristianos negaran a Cristo. Muchos no tuvieron la valentía de defender su fe, pero Fabián sí. Murió mártir en el año 250. 

• Al inicio del pasaje del Evangelio de hoy, los dos discípulos escuchan la proclamación de Juan y siguen a Jesús. ¿Por qué piensas que lo siguieron?
• Jesús les preguntó a sus discípulos qué era lo que estaban buscando. ¿Qué le contestarías tú a Jesús si Él te hiciera la misma pregunta?
• ¿Cómo fue la experiencia de estos tres discípulos al haberse encontrado con Jesús? ¿Te has encontrado con Jesús? ¿Cómo fue?
• ¿Qué similitudes observas entre Kefás (Pedro) y san Fabián?

Cambia el mundo con una mano a la vez 

El día de Martin Luther King, Jr. se celebrará el 15 de enero de este año. El reverendo Dr. Martin Luther King, Jr. fue un predicador apasionado del Evangelio de Jesucristo tanto en palabra como en ejemplo y un mártir por la justicia. Esta manualidad te puede ayudar a reflexionar en la manera en que puedes cambiar el mundo con los dones que Dios te ha otorgado y los deseos que ha puesto en tu corazón.  

Usa un mapa o dibuja el mundo. Individualmente, calca tu mano en papel de construcción y recórtala. Escribe en la mano lo que sientes que podrías hacer en este momento para cambiar el mundo tomando en cuenta lo que Dios está pidiendo de ti. Ayuda a los niños más pequeños con este proyecto si lo necesitan. Decora las manos a tu gusto. Coloca los recortes de manos en el dibujo del mundo. Ponlo en un lugar visible como recordatorio de lo que quieres hacer y dense ánimos entre ustedes para que logren sus metas. 

Chuletas de cordero fáciles 

Lea el dato curioso para aprender más información sobre por qué el cordero es parte de la comida de Pascua. 

8 chuletas de cordero de ½ pulgada de grosor (alrededor de 1 kilo); quitar la grasa
Sal y pimienta recién molida
una pizca de tomillo seco
3 cda. de aceite de oliva virgen extra
1 cda. de ajo picado
1 cebolla rebanada
3 cda. de vino tino o agua
2 cda. de jugo de limón recién exprimido
2 cda. de perejil picado
una pizca de pimiento rojo seco machacado 

Paso 1: 

Sazona el cordero con sal y pimienta y espolvoréale un poco de tomillo. En un sartén grande, calienta el aceite de oliva. Agrega las chuletas de cordero y el ajo y cocina a fuego medio hasta que las chuletas estén doradas de la parte de abajo (unos 3 minutos). Voltea las chuletas, agrega la cebolla y cocina hasta que las chuletas estén doradas (unos dos minutos más en fuego medio). Transfiere las chuletas a los platos y deja el ajo en el sartén. 

Paso 2:

Agrega el agua, el limón, el perejil y el pimiento rojo al sartén. Raspa lo que se quede pegado al sartén y mézclalo hasta que quede bien asado (un minuto aproximadamente). Vacía esta salsa sobre las chuletas de cordero y sirve de inmediato. 

Lectio Divina  

En el Evangelio de hoy, Jesús le cambia el nombre a Simón por el de Pedro y le da un papel especial en la Iglesia primitiva. En la oración se usará la Lectio Divina para ayudarte a reflexionar en el hecho de que Jesús también te habla por tu nombre a ti. 

Lectio Divina (latín: “lectura divina”) es una forma de desarrollar una relación más cercana con Dios al reflexionar en oración las palabras de las Sagradas Escrituras. En la Lectio Divina se selecciona un pasaje y se lee tres veces en total para dar la oportunidad de pensarlo con profundidad y de responder con atención. 

Elije a alguien que lea el siguiente pasaje. Después de cada lectura, da un minuto o dos de silencio para que las palabras surtan efecto. Escucha las palabras o frases que te llamen la atención. Después de la tercera lectura, ora sobre aquello en lo que Dios te pide que te enfoques en ese momento. Se les invita a los miembros de la familia a compartir su experiencia posteriormente. Esta fórmula puede utilizarse con cualquier pasaje bíblico. 

Promesas de redención y restauración

Isaías 43, 1-4a 

Más ahora, así dice el Señor, tu Creador, oh Jacob,
Y el que te formó, oh Israel:
“No temas, porque Yo te he redimido,
Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú.
 Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo,
Y si por los ríos, no te cubrirán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás,
Ni la llama te abrasará.
Porque Yo soy el Señor, tu Dios,
El Santo de Israel, tu Salvador;
He dado a Egipto por tu rescate,
A Etiopía y a Seba en lugar tuyo.
Ya que eres precioso a Mis ojos,
Digno de honra, y Yo te amo”.  

En el Evangelio de hoy, Juan dice: "Este es el Cordero de Dios". Esta frase la dice el sacerdote en un momento en particular durante la misa. ¿Cuándo la dice? 

Andrés le presentó a Jesús a su hermano Simón Pedro. Pídele a Dios que te indique a una persona que no conoce a Jesús y que te de la oportunidad de hablarle. Háblale a esa persona de Jesús. Comparte tu experiencia en la siguiente comida familiar. 

En el Antiguo Testamento, los judíos sacrificaban a un cordero y lo comían rostizado para celebrar la Pascua. La Pascua conmemora la ocasión en que Dios liberó a los israelitas de la esclavitud de Egipto. Jesús estableció la Nueva Alianza cuando se sacrificó a sí mismo (en lugar del cordero) en la cruz y nos liberó del pecado. Esta es la razón por la que llamamos a Jesús, el Cordero de Dios.