EXPLORA EL EVANGELIO
El evangelio en la procesión con las palmas
La entrada triunfal
En aquel tiempo, Jesús, acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén, y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: 'El Señor lo necesita' ".
Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban el burro, los dueños les preguntaron: "¿Por qué lo desamarran?" Ellos contestaron: "El Señor lo necesita". Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús montara en él.
Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que habían visto, diciendo:
"¡Bendito el rey
que viene en nombre del Señor!
¡Paz en el cielo
y gloria en las alturas!"
Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discípulos". Él les replicó: "Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras".
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SALMO 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24
La narrativa de la Pasión
LC 22, 14—23, 56 o LC 23, 1-49
[se muestra aquí el formulario abreviado]
En aquel tiempo, el consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Él le contestó: "Tú lo has dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza, diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días.
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas, pero él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos.
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!" A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!" Él les dijo por tercera vez: "¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré". Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días en que se dirá: '¡Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirán a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepúltennos', porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?"
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él. Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes.
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso".
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!" Y dicho esto, expiró.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permanecían mirando todo aquello.
CONOCE A NUESTRA FAMILIA EXTENDIDA
Beato Santiago Miller (Día de fiesta: 19 de septiembre)
21 de septiembre de 1944-13 de febrero de 1982
Santiago Miller creció en una granja de Wisconsin y soñaba en convertirse en sacerdote. Fue a una preparatoria de hermanos religiosos y ahí fue donde sintió el llamado a la vida religiosa en lugar del sacerdocio. Santiago se hizo maestro de una preparatoria en Minnesota en donde le llamaban "el hermano arregla todo" porque también era el entrenador de futbol soccer y el supervisor de mantenimiento. Santiago amaba enseñar, pero tenía un deseo profundo de trabajar como misionero.
Felizmente, lo enviaron más tarde a Nicaragua. Ayudó a construir escuelas, hizo trabajo de mantenimiento y comenzó un equipo de futbol soccer. Más adelante, lo enviaron a Guatemala en donde dio clases en una preparatoria y servía a los estudiantes indígenas. Muchos de ellos fueron los primeros de sus familias en poder ir a la escuela. El 13 de febrero de 1892, tres hombres enmascarados le dispararon y lo mataron mientras estaba parado en una escalera arreglando una pared de la escuela. Nunca encontraron a sus asesinos. Se le declaró mártir en 2018 y lo beatificaron en 2019.
TOMA TIEMPO PARA COMPARTIR
A una semana de la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, la muchedumbre se volvió en su contra. ¿Cómo crees que se sintió Jesús? Comparte una ocasión en la que tuviste un amigo que se volvió en contra de ti.
A esta semana que viene se le llama Semana Santa. ¿Poe qué es la semana más importante de todo el año?
¿Qué significa hacer algo "en el nombre del Señor"?
En Nicaragua, el beato Santiago Miller hizo muchas de las cosas que hacía cuando era joven en Minnesota. ¿Cuáles son algunas de las habilidades que tienes ahora que quisieras compartir con los demás cuando crezcas?
DIVERSIÓN FAMILIAR
Vía crucis
Diseñen y creen su propio vía crucis en preparación a Semana Santa. Pueden poner las estaciones alrededor de su casa o afuera. Pueden dibujar o imprimir hojas para colorear de las estaciones.
Lean el Reto Familiar para saber cómo orar las estaciones durante toda la semana. Oren las estaciones usando esta guía: https://www.usccb.org/resources/Stations%20of%20the%20Cross%20%20Overcoming%20Racism%20Spanish.pdf
RECETA DE LA SEMANA
Tortitas de palmito
En honor al Domingo de Ramos, disfruta esta deliciosa alternativa a las tortitas de cangrejo.
1 lata de 15 oz. de garbanzos enjuagados y escurridos
1 lata de 15 oz. de palmitos enjuagados, escurridos y cortados en pedazos grandes
1 lata de 15 oz. de alcachofas enjuagadas y escurridas
1 ½ tazas de panko o pan molido dividido
¾ taza se mayonesa dividida (sustituye con mayonesa vegana si lo deseas)
1 cdta. de mostaza *Dijon*
2 cdtas. de jugo de limón dividido
¼ cda. de sal
¼ cda. de pimienta
1 cda. de sazonador *Old Bay*
aceite para freír
1 cda. de pepinillo dulce
eneldo fresco para servir
Pon los garbanzos, los palmitos y las alcachofas en el procesador de alimentos. Tritura hasta que la mezcla quede picada, pero aún con trozos. Transfiere la mezcla a un recipiente y añade el pan molido (panko), ¼ de taza de mayonesa, la mostaza *Dijon,* 1 cdta. de jugo de limón, sal, pimienta y el sazonador *Old Bay*. Mezcla bien. Forma 6 tortitas de 1 pulgada de grueso. Pasa cada tortita en el resto del pan molido. Calienta el aceite en un sartén a 350 F. Fríe cada tortita de 3 a 6 minutos en cada lado hasta que queden doradas. Transfiere a un plato con una servilleta para que el exceso de aceite se absorba. Para la salsa tártara, combina el resto de la mayonesa, los pepinillos y 1 cdta. de jugo de limón en un recipiente. Para servir, pon un poco de salsa tártara, eneldo y jugo de limón sobre las tortitas.
ORACIÓN FAMILIAR
Letanía del Camino
Al comenzar la Semana Santa recordando el camino de Jesús en la cruz podemos ver que todo lo que él hizo revelaba el amor inagotable de Dios por nosotros. Recen esta letanía juntos y reflexionen en algunos de esos momentos de las Escrituras.
Igual que Jesús buscó la tranquilidad del desierto
Enséñanos a orar.
Igual que Jesús lavó los pies de sus discípulos
Enséñanos a amar.
Igual que Jesús prometió el Paraíso al ladrón en la cruz
Enséñanos a esperar.
Igual que Jesús llamó a Pedro a caminar sobre las aguas
Enséñanos a creer.
Igual que Jesús se sentó entre los ancianos del templo
Enséñanos a buscar respuestas.
Igual que Jesús en el huerto se entregó de cuerpo y alma a la voluntad de Dios
Enséñanos a escuchar.
Igual que Jesús reflexionó sobre la Ley y los Profetas
Enséñanos a aprender.
Igual que Jesús usaba parábolas para revelar los misterios del reino
Enséñanos a enseñar.
(Tomado de Catholic Household Blessings & Prayers).
RETO FAMILIAR
Reza el vía crucis durante la semana. Todos los días reza algunas o todas las estaciones.
DATOS DIVERTIDOS
Las hojas de palma que se bendijeron en la misa de hoy se llevan a casa y a menudo se exhiben en ella. El próximo año, las parroquias las recolectarán antes del Miércoles de Ceniza para quemarlas y hacer las cenizas que recibimos.